Llega cansada después del turno de tarde. Aún le quedan un par de huevos y algo de embutido. Tortilla de algo. A Micaela le gusta hacer zapping cada noche mientras cena.
Sentada en su sofá, frente a la tortilla, inicia la búsqueda diaria del mando a distancia. Lo rescata a dos cojines y una manta de profundidad. Aprieta el botón rojo y en la tele aparece el logo redondo de la Televisión de l’Hospitalet cuando ya no emite porque es tarde. Tenedor en la diestra y mando a distancia en la siniestra, Micaela empieza a recorrer los 72 canales de su tele.
“Ponte una alarma que si no te ocupan”, “Ponte la alarma que si no te roban”, “si tienes un bebé ponte la alarma que son muy robados últimamente”. ¿Quién no conoce a una vecina a la que le han robado al bebé por no tener contratada una alarma de Securitas? Piensa Micaela mientras sonríe recordando la teoría de la conspiración de su vecino. El señor José sostiene que son los de Securitas los que se llevan tu bebé si no te pones su alarma. Incluso afirma que tienen un almacén donde guardan los bebés robados. “Ponte la alarma que se llevan la Play 5″,”Ponte la alarma que es muy fácil entrar por tu jardín”, “Ponte la alarma para que no te roben la alarma”, “Ponte la alarma en tu segunda residencia, y en la tercera. Aprovecha la oferta de cuatro alarmas y te regalan un francotirador en tu tejado gratis los tres primeros meses”, “Ponte la alarma que el vecino la tiene”, “Ponte la alarma que los instaladores están muy buenos”. Poner alarmas es cosa de hombres, piensa Micaela.
Acaba el recorrido de sus 72 canales, apaga la tele y se pone la alarma a las 6:30. Mañana es el desahucio de la Rosa y algunas vecinas se han organizado para desayunar con ella.
Por Sera Fernández (Bellvitge)