“¿Cuántos trabajos hay que tener para sobrevivir? En mi caso tres”. Demoledor. Esta pregunta la hace una trabajadora del tercer sector algo muy común. Trabajadoras domésticas, riders, captadores de socios para ONG apostados en cada plaza, autónomos, etc. Tenemos a nuestros chavales y chavalas preparadísimos haciendo de su formación una carrera de fondo. Grados, másters, idiomas…y el abismo. Y la frustración.
Los que a día de hoy tenemos una edad hemos podido disfrutar de momentos mejores hasta la crisis económica del 2008. Algunos consiguieron cumplir con sus expectativas. Otros, a los que les pilló a mitad de camino, vieron cómo se dinamitaban sus esfuerzos por alcanzar sus objetivos. Los jóvenes que hoy salen al mercado de laboral no conocieron esos mal llamados tiempos de “bonanza”. Ellos han crecido pivotando de un puesto de trabajo a otro. Viven en una eventualidad laboral permanente donde el futuro se configura como un imposible. En definitiva, todos vapuleados por este sistema de trabajo precario que profundiza cada vez más en la desigualdad.
Pero vamos a intentar dar un giro a esta sensación de impotencia y rabia. A la vuelta de la esquina tenemos el 1 de Mayo y vamos a hablar de trabajo, sí, de trabajo precario. Pero no de cualquier manera, sino de la forma que sana: mediante la risa. Porque los trabajadores precarios a pesar del cansancio, los obstáculos, las cuestas inacabables y las decepciones tenemos algo que no hemos perdido: el sentido del humor.
Todos conocemos a jóvenes que toman la opción de emigrar al extranjero. Saben que tampoco será fácil y que no podrán huir de trabajos insignificantes pero aprovechan la aventura para aprender un idioma. Pues ahí tenemos de nuevo a Alberto Prunetti del que hablamos en nuestra primera recomendación en febrero con su libro Amianto y la historia de su padre Renato. Hoja de Lata acaba de publicar su libro ‘108 metros’ en la que relata su historia como joven italiano que pretende salir de ese destino que le dicta que acabará trabajando en la industria minera. Alberto toma la decisión de irse a Inglaterra en los años 90. Allí trabajará en cocinas como pizzero, limpiando baños en Bristol, fregando platos. Pero fiel a su estilo, narra este relato desde la sencillez, la ternura y la solidaridad entre compañeros. Tiene anécdotas en las que habla también de las contradicciones y estereotipos. ¿Qué se espera de un trabajador extranjero? Pues si eres italiano y trabajas en una pizzería turca se espera que cantes el “Oh, sole mio” en la sala. Todo muy lógico, todos los italianos la cantan, vamos, como si viniera de serie con tu partida nacimiento.
Otros se deciden por la emigración interna. Javier López Menacho en su Libro “Yo, precario” editado en el año 2013 en Editorial Los Libros del Lince consiguió a través de la ironía contar su propia historia como trabajador sobre el año 2011. Si bien hay momentos de melancolía, consigue buscar las grietas en las que explicar con humor y la parte positiva de cada momento. Con 30 años dejó Jerez para ir a vivir a Barcelona y alquiló una habitación. A partir de ahí narra su periplo en diferentes trabajos de corta duración. Entre ellos el que le hizo más famoso, el de chocolatina (si queréis saber en qué consiste tendréis que leerlo) del que aprovecha para explicar con ternura los momentos compartidos con los niños.
“Tengo casi treinta años y siento que me han robado la esencia. Tiene que ver con el trabajo.”. ¿A cuántos os suena esta sensación? A pesar de la preparación académica o no, el trabajo pasa de largo y el futuro queda en suspenso. Parte de nuestra chavalada hace como el autor, emigrando a otras provincias donde creen tener más oportunidades en ciudades que a veces son monstruos difíciles de domar.
Y por último no podemos dejar de hablar del hilarante libro “Algo Temporal” de Hilary Leichter, 2020, Editorial Alpha Decay. Es una locura llena de imaginación y metáforas con respecto a la eventualidad. Narra la lucha por una joven por encontrar un trabajo estable, pero en su mundo la eventualidad es algo con lo que se nace y no puede conseguirlo. Va pasando de trabajo un absurdo a otro como el de fantasma o el de percebe humano, asesina o madre de sustitución. Es una ácida crítica al trabajo absurdo. Pero cuidado, no da puntada sin hilo, detrás de cada uno de ellos en el fondo hay una crítica a la sociedad actual. La protagonista solo tiene un deseo “el trabajo de mis sueños es uno que dure” no se cuestiona ni la función de su trabajo, solo dejar de ser la eterna eventual.
¿Es la precariedad laboral algo temporal? Pues observad la cronología de los tres libros: 1990, 2011, 2020. Va a ser que no pero, mientras nos organizamos, un poco de humor nos viene genial.
Podéis encontrar los libros en nuestras librerías de barrio Perutxo Llibres en el Centro y Espai Llavors en Collblanc.
Y por si alguien quieres ampliar sobre este tema os dejamos dos narrativas más pero no literarias. A los que os va el cine os recomendamos ver “Sorry we missed you” de Ken Loach. Y los que os va la música por ejemplo esta canción Dellafuente ft Maka-“La vida es” (2016)
