21.03 h. de la noche anterior. La chica de la ETT se sienta cansada en el sofá después de acostar a las dos niñas. La pequeña duerme. La grande se ha quedado leyendo. Coge el móvil que tenía cargando para ver si tiene el mensaje de la ETT. Tienen que decirle si tiene que ir a trabajar mañana, o no. Lo tiene. Irá “de mañana”. En l’Hospitalet de Llobregat.
4.03 h. Suena el despertador.
4.10 h. Se toma el café y se viste.
4.16 h. Coge la bolsa de las niñas y la pone en el carro de la pequeña.
4.17 h. Enciende la luz de las niñas y la grande se despierta.
4.24 h. Mete a la pequeña en la canastilla y la deja en el comedor junto a su hermana.
4.25. h. Baja el carro a la portería.
4.27 h. Va a buscar a las niñas y bajan las tres.
4.33 h. Llegan al coche.
4.57 h. Llegan a casa de la hermana de la chica de la ETT. La hermana les espera en la puerta.
5.07 h. Después de dar y recibir instrucciones, las hermanas se despiden hasta la tarde.
5.38 h. Llega al parking.
5.46 h. Como es “ETT” no tiene vestuario ni taquilla. Y, como tampoco sabe dónde la van a poner a trabajar, carga con la mochila mientras se dirige al lavabo. Hay cola. Solo hay uno para las chicas, mientras para los chicos hay doce. Si tarda mucho la cola, no llegará a la hora.
5.56 h. Sale del lavabo apresurada y al atravesar de forma imprudente un pasillo, una carretilla elevadora la arrolla y fallece en el acto.
Nota: Este escrito es un homenaje a todas las precarias y precarios de l’Hospitalet que ya no están o están muy lejos.
Joana